TRIBUS -1: LOS APAGAFUEGOS

La actitud frente a la Innovación es tan variada que podemos hablar de TRIBUS. Hoy quisiera hablar de los miembros de una de ellas que acostumbro a denominar APAGAFUEGOS.

Estos indígenas son gentes pacíficas, marcan claramente su territorio, un Consejo de Ancianos vela por su estabilidad y un Chaman conjura los peligros cotidianos que acechan en la selva de la competencia. Son gentes eficientes, organizadas en las distintas rutinas que necesitan ejecutarse diariamente para que todo discurra según los designios previstos.

No acostumbran a otear el horizonte aunque lo cierto es que la espesura de la selva tampoco ayuda demasiado. En consecuencia, no son grandes amigos de cambios y aventuras. Pero cuando un fuego surge en la espesura, reaccionan con bastante celeridad y buscan nuevos claros en la selva. No se preocupan demasiado si estos son mejores o peores que los anteriores asentamientos, la urgencia es sobrevivir al fuego.

En realidad, estas gentes no deberían incluirse dentro de la confederación de tribus de la Innovación. Lo suyo no es protagonizar cambios con convicción, asumiendo la incertidumbre como un valor compartido. Lo suyo es sobrevivir ante los peligros.

En definitiva, debieran integrarse en la federación de tribus de la Evolución. Como decia mi santa abuela: no hay que confundir churras con merinas y es que no es lo mismo INNOVAR que EVOLUCIONAR.

VENDER HUMO

Ayer tuve la oportunidad de encontrarme con una de esas personas que creen firmemente en lo absurdo de la innovación. Acostumbran a ser técnicos y, en algunas ocasiones, responsables de las unidades de gestión de calidad de las organizaciones. También acostumbran a sentar cátedra sobre la irrealidad de la innovación, fruto de una moda pasajera como todo aquello carente de fundamento científico y probada generación de valor. Debe ser que hoy es uno de esos días grises que tanto abundan en mi Norte, pero no tengo ni ganas, ni interés en repeler esas críticas que no hacen sino confundir el objetivo y establecer una falsa frontera entre la innovación y la calidad. Todas las personas de una organización están llamadas a ser innovadoras, pero los responsables de calidad lo son también de impulsar algo tan natural y humano como el cambio. La cuestión es poder llegar más allá y poco importa si lo hacemos en un recorrido por etapas, es decir mejora de calidad/ innovación incremental, o a partir de un gran salto, es decir innovación rádical. Este biotipo acostumbra también a calificarnos de VENDEDORES DE HUMO. Pues sí, yo en concreto me defino como tal ya que entiendo mi trabajo como el arte de otear el horizonte de una organización o sector en busca del humo de posibles incendios, pero mi objetivo no es desarrollar medios para apagarlos, sino encontrar lugares donde no haya ni rastro del mismo. Y es que el humo impide divisar nuevas cumbres que escalar.

En definitiva, hablamos de personas que sienten pavor por LA PERDIDA que les pueda suponer el cambio, no por el desconocimiento de lo que pueda conllevar.

EL FULANO INNOVADOR

No, no, estamos en campaña, pero no, todavía no me siento atraído por la política y, sinceramente, no creo que ocurra.
El fulano que aparece en la imagen de la derecha es el primer protagonista de mi nuevo blog. Le llamo fulano porque como podrá entenderse unas líneas más abajo, no merece mayor consideración.
La cuestión es que el tal Cristián Labbé no es franchute, ni belga flamenco - valón y, menos aún, tártaro ni mongol. Este señor es chileno y para más señas alcalde de Providencia. Pero la cuestión no es lo que es, sino lo que fue.
¿Les suena Pinochet? Seguro que sí. ¿Les suena Contreras? Quizás no. Contreras fue el jefe de la DINA que no era la competencia de la TIA de Mortadelo, sino la Policía Política del abuelo Pinochet durante su estancia en el poder. ¿Y el fulano?
Pues Cristián Labbé era ni más menos que uno de los teóricos de la tortura aunque algunas victimas confirman aquello de que primero practico y después escribió sus memorias tortuosas en forma de manual. Entre otros centros de reclusión, Tejas Verdes fue uno de los que contó con sus visitas de practicas de campo. ¿Cómo es ahora alcalde? Bueno, esto es algo que habrá que preguntárselo a los habitantes de Providencia y, sobre todo, a la providencia.
¿A qué viene todo esto?
En principio, no debiera aparecer en un blog de innovación, pero mire usted por donde el Gobierno de La Rioja consideró hace quince días que el tal Labbé podía aportar grandes ideas de innovación en unas jornadas técnicas que se celebraron sobre la Innovación en la Gestión Pública.
Efectivamente la DINA no es la TIA ni Labbé es rival para Mortadelo, pero el caso merece unas líneas. Sí, a dónde vamos a llegar?
Sinceramente quiero pensar que alguien se la metió doblada a los responsables riojanos para que el fulano fuera presentado como ponente estrella en unas jornadas que contaron con la presencia de técnicos y políticos de otras administraciones autónomas. Sinceramente creo que, aunque no hay que centrarse en la búsqueda del culpable sino solucionar el problema, en este caso no estaría de más localizarlo y redireccionarlo al servicio de parques y prados.
Si continua en su puesto, podría ocurrir que en las próximas jornadas sobre presión demográfica en los barrios periféricos de Logroño, le de por invitar como ponente al sobrino carnal de Adolfo Hitler para exponer algunas de las soluciones creativas de la familia.
Como decía, la innovación no es cuestión de moda, sino de estilo.

CUESTION DE ESTILO

Algunos se preguntaran porque he clausurado mi blog anterior cuando estaba ya asentándose y superando esa primera fase inicial de incertidumbre.
Podría escribir líneas y líneas de razones y argumentos contenidos, pero no voy a hacerlo por varias razones:
1. En Innovación buscamos soluciones y no culpables
2. Lo he visto como una oportunidad y no como una molestia
3. Es cuestión de estilo

Así que, nuevo blog, nuevo título, nuevas ideas y espero que viejos amigos
Ah! Como no podía ser de otra manera, las ovejas de Design siguen conmigo.