Me pedía un lector que explique cuántos tipos de innovación pueden contemplarse en un proceso.
La verdad es que es una pregunta tan compleja como aquella de ¿cuántos tipos de inteligencia existen?
La respuesta puede ser algo así como tantos como gurús se hayan puesto a escribir sobre ello. Sirva de ejemplo que si hablamos de sobre qué se innova, hemos pasado de una categorización tan sencilla y explicita como producto – proceso a una ingente jungla de posibilidades, empezando por esa extraña diferenciación entre producto y tecnología.
Podría decirle al lector que existen innovaciones radicales e incrementales, arquitectónicas y modulares, potenciadoras de competencias y destructoras de las mismas, continuas y discontinuas y poca cosa más. Pero no puedo hacerlo porque, seguro que en este preciso momento, alguien acaba de descubrir la innovación estructuralmente desparramada o la step by step que suena mejor.
En fin, particularmente me conformaría con que en este santo país comencemos por distinguir entre creación e innovación, eficiencia e innovación, innovación a secas e innovación estratégica y, sobre todo, entre innovación sentida y chollo para sacarse unas perrillas.
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1 comentario:
innova, que algo queda.
joxan
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