domingo, 13 de abril de 2008

MASTER PAPERS


Siento no continuar momentáneamente con mi serie de Errores casi mortales, pero la actualidad manda y, además, en esta vida hay que ser de todo menos lineal.

En mi post de ayer, admitía la esperanza de ver llegar a una nueva ministra de Ciencia e Innovación (quizás el orden correcto hubiera sido Innovación y Ciencia). Pero también advertía de los peligros que acechan a la donostiarra Cristina Garmendia.

No ha habido que esperar mucho, apenas unas horas, para que las cabezas insignes de la esfera universitaria española hagan oír su voz: no conoce a fondo la problemática de la universidad.

Qué risa señores míos: ¿conocen ustedes esa problemática?

Y vaya por delante que he sido durante veinticinco años del gremio y, en consecuencia, no me imagino cosas. Y de igual manera, quede claro que en la universidad hay tan buenos profesionales como en el gremio de fontaneros o arquitectos.

La Universidad española es como el negocio del circo, es de toda la vida, pero no evoluciona – salvo honradas excepciones como es el caso del Circo del Sol. Es el perfecto ejemplo de lo que yo llamo la cultura del culpable. Es decir, tienen un problema, pero su estrategia es encontrar al culpable de todos sus infortunios. Y además tienen la desgraciada fortuna de estar a medio camino de todo con lo que pueden repartir culpas a diestro y siniestro: a los de abajo por no preparar mínimamente a sus alumnos y a los de arriba por no financiarles con más generosidad sus papers.

Hace ya algunos años cenaba en compañía, entre otros, del máximo responsable de una escuela técnica del País Vasco de larga tradición y prestigio. La cosa iba bien, es decir se comía, bebía y se comentaban naderías, hasta que salió el eterno calvario de las lamentaciones que concluyo con un rotundo: Nosotros no bajamos la guardia, sólo un 30% de los alumnos que ingresan en nuestra escuela consiguen acabar sus estudios. Esta es la clave de nuestro éxito.

Servidor que, entre otras cosas, es un tocapelotas por convicción, no pudo reprimirse y le contesto educadamente: Yo analizaría con detalle ese tipo de éxito, más bien parece un gran fracaso conseguir que apenas un tercio de sus alumnos acaben satisfactoriamente sus estudios.

Muy señores míos, no sé hasta qué punto la nueva ministra de Innovación y Ciencia conoce la auténtica problemática de la universidad española, pero han de saber que en innovación, una cierta ignorancia que llamamos “no contaminación del modelo estable” es un valor. Y ustedes están más contaminados que una almeja del Prestige.

Buenos días y buena suerte

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué razón tiene!Menos papers y más enseñar y educar. Lo triste es que la anecdota de la Escuela de Ingenieros de Bilbao (porque es esa con toda seguridad) continua.

Anónimo dijo...

A los ingenieros de la Escuela de Bilbao se les contrata, entre otras cosas, porque si han sido capaces de aguantar durante cinco o seis años todo aquello, están preparados para aguantar cualquier cosa. Felicidades por el post: genial!

Anónimo dijo...

Cristina Garmendia ha sabido bailar cosas peores, hay que confiar en ella.

Anónimo dijo...

Los master papers van a apretar para ganar posiciones, es un hecho. Veremos si la ministra es capaz de aguantar la embestida e inicia un auténtico proceso de innovación. Conviene recordar que la experiencia del PP ya falló en su momento.
Un saludo

Anónimo dijo...

Por mi parte creo que va a ser una ministra de universidades y centros de investigación, como mucho acuerdos con grandes corporaciones y poco más.