sábado, 19 de abril de 2008

¡QUE VIENEN LOS CHINOS!


¡Que vienen los chinos! Parafraseando una nadería de movie americana de los años de la Guerra Fría.

Lo cierto es que lo de China empieza a parecerse a los rusos cuando aparecían como el Gran Hermano de la Oscuridad, armados hasta los dientes y capaces de comerse Europa en un plis-plas. Luego resultó que todo era cartón piedra y no era tan feroz el lobo o, por lo menos, menos feroz que cuando en 1945 no dejaron piedra sobre piedra y mujer sin violar en una Alemania en retirada de su Reich de los Mil Años.

Es difícil realmente que China llegue a ocupar un puesto de cabecera en la economía global. Lo tiene prácticamente todo en contra. Una estructura política que pese a parecer que ha reinventado la pólvora es un lastre a largo plazo difícil de superar. Una experiencia histórica que demuestra que es una sociedad que no acierta a tomar las decisiones adecuadas en los momentos cruciales. Una estructura social difícil de ajustar a las necesidades de una economía de consumo a gran escala. La inmensidad de la inmensidad con regiones que sobreviven prácticamente en el Neolítico y realidades nacionales dispares que no hacen sino debilitar al Dragón.

Y qué decir de la clase empresarial. De hecho, ¿dónde están los empresarios chinos? Sabemos donde están los millonarios chinos, pero de los empresarios no tenemos apenas noticias. En fin, un paradigma de cómo no se debe administrar el talento.

Pasar de una economía productora mediatizada por intereses exógenos a una modelización de futuro no es tan sencillo como levantar grandes edificios y generar ciudades temáticas de colorín. Los chinos trabajan como chinos, pero poco más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo