miércoles, 14 de mayo de 2008

ARROZ AMARGO


Como ya he comentado en alguna ocasión, la actual recesión, perdón desaceleración progresiva, puede ser preocupante, pero hay una crisis latente de mayor envergadura y que, tarde o temprano, va a destaparse en toda su intensidad. Estoy hablando de la crisis alimentaria.

Lejos de llegar buenas noticias, las que arriban son desalentadoras. Ya se conocen cifras y previsiones de un producto básico en la dieta de millones de personas: el arroz. De acuerdo al índice de precios de la FAO, el arroz ha visto incrementado su precio en un 76% desde principios de año. Entre otras consecuencias, los países productores están blindando su mercado con limitaciones a la exportación por lo que la situación puede llegar a ser realmente preocupante.

A todo esto hay que añadir otra mala noticia de última hora: el terremoto que acaba de asolar la región de Sichuan en China. Entre otras cosas, la región afectada es la mayor productora de arroz, maíz, ganado vacuno y porcino de China. Las primeras estimaciones calculan que la estructura productiva ha quedado seriamente afectada por lo que un alza de los precios del arroz es inevitable.

Volviendo al panorama global, se estima que este año el total de arroz procesado llegará a los 445 millones de toneladas, mientras que la demanda efectiva alcanzará los 437 millones. En definitiva, poco margen para un mantenimiento de los precios a niveles aceptables y un amplio margen para el desarrollo de movimientos especulativos.

Mucho me temo que estamos haciendo mal los deberes, combinando elementos de forma aleatoria y sin demasiadas previsiones globales. El miedo es la madre del proteccionismo y el tabicamiento aduanero. El calentamiento global nos hace disparar en todas direcciones sin atender a los daños colaterales, utilizando un eufemismo castrense. La especulación sobre los mercados de futuro no augura nada bueno. La crispación social y el impacto demográfico acabarán por cobrar dimensiones preocupantes. Y, por si fuera poco, la Naturaleza está empezando a cabrearse.

Es hora de pensar y actuar. Es hora de ser estratégicamente innovadores.

Buenos días y buena suerte

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los intereses económicos, las necesidades políticas, la emergencia energética, todo está contribuyendo a empeorar la situación y los desastres se añaden en el último momento.